martes, 29 de marzo de 2011

¿Tú también, oh Bruto, hijo mío?

 

Estuve viendo un documental de Fran Lebowitz el miércoles, en el que se lamentaba, entre otras cosas, que la Epidemia del HIV/SIDA hubiera matado a un enorme número de personas educadas y cultas en los Estados Unidos.

Esta gente de antes, aparte de que sí habían leído la totalidad de los estantes de su propia biblioteca –y las ajenas de los amigos más cercanos-,podía distinguir una buena ejecución de una partitura, un aria, o sabía bien cuando alguien de verdad tenía talento o sólo estaba blufeando.

Durante el documental, Fran Lebowitz, comentaba lo ridículo que les parecería a esta gente fenómenos de nuestra “cultura” actual, como los últimos éxitos de Broadway, o los Best Sellers de la Literatura contemporánea. Su hipótesis es que se desatornillarían de la risa de estos “charlatanes”.

El decrescendo en la media cultural, es un fenómenos social vigente. Los psicólogos sociales y analistas de mercado tienen mucho que investigar aquí, aunque no estoy seguro que tanto les pueda resultar interesante la idea. Deberían intentarlo de todos modos.

Los cambios en las programaciones en History Chanel y Discovery, o la selección de películas que llegan a las pantallas de los cines nacionales, incluso, la selección de los candidatos presidenciales en las últimas elecciones, reportan la incidencia de este proceso. El concierto de Daddy Yankee, patrocinado por UNITEC es sólo un efecto más.

De este fenómeno, la Izquierda culpa a la derecha y viceversa. Ambos mienten. Prueba de ello es que haya gente en ambos bandos que disientan y que sean capaces de realizar críticas objetivas a ambos sistemas.

Y aunque algunos puedan afirmar que la Internet ejerce un ejemplo de contrapeso sobre este fenómeno, hay algunos bemoles: La gente tiende a buscar en Internet cosas de acuerdo a su cultura base: Religión, música, sitios de buscar pareja e incluso pornografía. Si tenemos una media cultural baja, el uso que se le puede dar a este recurso estará en función de ésto y habrá muy poco movimiento a este respecto.

Luego (y aquí hay muchos otros medios involucrados) está la Fuente de la Información. Por todos es conocido que hay los medios de información (Noticieros televisivos y radiales, así como otros medios escritos) están parcializados. Lo peor es el grado de sezgo que se ha desarollado. No hay debate de altura sobre asuntos de actualidad, tan sólo opiniones mediocres, omisiones maliciosas y realidades retorcidas a fuerza de ideologías.

Esta situación en la red es aún peor: aquí todos podemos escribir lo que nos ronque la gana (veánme a mí) y no hay obligación de demostrar lo que aseveramos como cierto.

¿Qué tan brutos, oh hijos míos, llegaremos a ser en, por ejemplo, veinte o cuarenta años?

¿Cómo se pueden generar desarrollo con una media educativa oficial de cinco años?¿Cuál pudiese ser el resultado de someter a la opinión publica asuntos en materias que están más allá de su entendimiento y el sentido común?¿Qué desafíos presupone para una “democracia” como la nuestra?

Una cosa es cierta, para que haya progreso, independientemente de cómo se defina éste, se hace preciso que haya avances en la educación y en la cultura. Lamentablemente, el mundo (y nuestro país) no va en esa dirección.

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