viernes, 31 de diciembre de 2010

Una Categoría, muchas ideologías, ninguna solución

 

"Human spirit is destroyed when people that do work are robbed of their wealth to support those who do not work, especially when they could work."
“El espíritu humano es destruido cuando a la gente que hace el trabajo se le roba la riqueza para mantener a aquellos que no trabajan, especialmente cuando ellos pueden trabajar”

-Robert Kiyosaki

En mis años universitarios, tuve la fortuna y la falta de prejuicio de estudiar la Obra de Karl Marx, muy satanizada aún a principios de los 1990’s.

Una de las categorías filosóficas, producto de esa obra, es la de ENAJENACIÓN, que, para resumir de una manera muy simple, es la definición que Kiyosaki-San, postió el día de hoy en su FB: Arrebatarle a unos el fruto de su trabajo, para beneficiar a otros que no son los que se esfuerzan.

Así los marxistas creían que la enajenación era el fundamento de la lucha de clases, cosa que es evidente, indudable e innegablemente cierta.

Cuando los plutócratas dieron el golpe financiero en Wall Street, el pueblo capitalista de los Estado Unidos de América se vió sorprendido cuando el Gobierno Federal asumió (con el dinero de los contribuyentes) las responsabilidades de La Gran Estafa, mediante el Plan de Rescate Financiero. Y a Obama se le acusó (injustamente) de “comunista”.

En Inglaterra, la inadecuada aplicación del modelo de “Redistribución de la Riqueza”, le valió el gobierno a Tony Blair.

En muchos países de América Latina, los gobiernos comunistas instituidos en los 70-80’s, se apoderaron de las propiedades de la gente adinerada y más recientemente, está sucediendo en Venezuela y Ecuador, promovido y alentado por el Gobierno del “Socialismo del Siglo 21”.

Gran paradoja. La enajenación es común a todos los sistemas de gobierno. Y en ambos casos el resultado social es el mismo: unos gozan del beneficio producido de robar a otros y la mayoría sigue mal.

Es la consecuencia clara de la mala implementación de los modelos, en algún punto, la gente termina delegando la responsabilidad de su bienestar a los “líderes” que, una vez encumbrados, se olvidan de representar los intereses de los que los designaron para tan distinguida responsabilidad. Tal es el trasfondo del alma humana

sábado, 11 de diciembre de 2010

Agua del molino de nadie

 

Hay un viejo refrán que refleja muy bien lo que sucede en este momento en nuestro país y es: “Cada quien jala agua para su molino”.

No voy a subestimar la inteligencia de nadie, pretendiendo explicar lo que a todas luces tiene sentido. Lo interesante es ejemplificar las posturas de cada una de las partes involucradas para darse cuenta quién tiene el agua y para qué molino es que se destina. La respuesta en este caso también es evidente.

Mientras Mel y Pepe Juegan landa, el tiempo pasa y las decisiones importantes se siguen postergando, alegando la necesidad del reconocimiento internacional por un lado; o la posible violación a la integridad física del depuesto mandatario, por el otro. Resultado: Parálisis por análisis.

¿Estamos a conciencia dejando pasar otros cuatro años, sin hacer NADA?¿Tenemos alguna noción de lo que implica desde el punto de vista financiero, cuatro años de tiempo desperdiciado?¿Cuánto nos va a costar hacer lo que tenemos que hacer en este momento en Infraestructura, Salud y Eduación, dentro de cuatro años más?¿Qué va a pasar en el país si Nicaragua decide contruir el puerto de Monkeypoints y un canal interoceánico?¿Ya estamos resignados a convertirnos en la cenicienta de Centroamérica?

Algunos (algunas personas en la actual cúpula del poder, para decir las cosas claras) comenzarán a “jalar” agua hacia el molino de la privatización, obviamente, debido a que sus intereses están del lado de “vender” empresas estatales “que no son rentables” a manos privadas que, con el toque de una varita mágica, comenzarán a reportar utilidades multimillonarias en poco tiempo.

Algunos ejemplos históricos (para los que tienen mala memoria) los constituyen las bandas de telefonía celular (Hondutel se declaró, en su momento, completamente incapaz de gestionarlas), la administración de los aeropuertos y la contratación del servicio de medición eléctrica.

Luego está el molino de los contratos de emergencia. En el momento que dicen que no hay dinero para pagar algo, ocurre una desgracia: se cae un puente, se raja una represa, viene una epidemia de la más reciente bacteria o virus de moda y (otra vez, por arte de magia) aparecen fondos para gastar cinco o seis veces lo que se necesitaría para hacer la misma tarea, en el momento correspondiente.

Y nosotros permitimos (aplaudimos) el desfile de millones y millones que vemos pasar cómodamente sentados, en las distintas emisiones noticiosas de uno u otro bando.(Aquí no puedo hacer otra cosa que preguntarme ¿POR QUÉ?). No puedo dejar de concluir que somos pobres por que permitimos que nos pasen por encima, por decirlo de una manera graciosa y elegante.

Personalmente yo ya llegué a mi propio límite de tolerancia. Si la democracia es la que permite que se sigan cometiendo estas barbaridades, pueden dejar de contar conmigo para llevar agua a sus molinos. Yo ya no juego.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Neologismos

 

Un neologismo es una palabra nueva que se crea para describir algo que antes no existía en una cultura, como por ejemplo, WiFi, Blackberry, Internet, etc.

En neurociencias y psiquiatría, puede ser un desorden del habla, una palabra sin sentido o un vocablo que un paciente repite constantemente, con un sentido diferente al que tendría para la mayoría de nosotros.

Después de la caída del comunismo, a principios de 1990, se produjo un vacío ideológico en muchos países del mundo, bien fueran estos aliados de la Antigua Unión Soviética o de los Estados Unidos.

Veinte años después, el mundo comienza a cosechar los peligrosos frutos de la hegemonía global de una única superpotencia. La experiencia ha sido tristemente dolorosa para Honduras.

El país, con una democracia impuesta desde 1982, presencia actualmente uno de los momentos más críticos de su historia y muchos prefieren vivir en la feliz ignorancia de las consecuencias de los actos (o las que la omisión de los mismos) llegarán a producir en un futuro muy próximo.

Conservadores “neoliberales”, Liberales “Socialistas del Siglo 21”, junto con una multitud de extras (cabezas calientes y otros reciclados del movimiento sindical, campesino y el magisterio, que en 28 años de “vida democrática”, no han logrado hacer que mejoren las condiciones de vida de nadie, excepto la propia) son hoy los protagonistas de la escena política del país.

¿Qué indicio de la historia le puede hacer creer a alguien hoy en día, que viejos discursos producirán el resultado de bienestar y justicia social al que se supone que debe aspirar toda democracia?

Por otro lado, si analizamos el panorama de las alternativas, vemos que éste no es muy halagador: Por un lado el estatus quo hecho institución y por otro, una versión de la izquierda donde todos son (más o menos) iguales al resto, menos yo, que soy mejor.

Por lo anterior nace la necesidad de crear neologismos, discursos nuevos, que generen nuevos hechos, nuevas acciones, nuevas realidades. Pero paso a paso, nuevas ideas, una palabra nueva: un Ñeologismo.